A veces, los que navegamos por distintos foros o comunidades de fotografía solemos leer mensajes de compañeros que están buscando la forma de ganarse la vida con esto de las fotos.
Muchos preguntan cuánto pueden cobrar por una boda, qué les costaría pagar a una modelo para una sesión de estudio, cuánto dinero necesitan para hacerse con el último equipo o directamente cómo funciona el régimen de autónomos. Esto último los menos, por cierto.
Es muy legítimo. El ideal de trabajo es el de currar en lo que a ti te gusta, así que si disfrutas haciendo fotos lo mejor deberías ser trabajar haciéndolas ¿no?
Conozco a unos cuantos que lo han intentado. Cuando creyeron que tenían un nivel que les iba a permitir satisfacer las necesidades de sus futuros clientes dieron el salto y se montaron una tienda donde daban el servicio, generalmente dirigido a la cobertura de eventos sociales, ese género tan duro y tan injustamente denostado por algunos.
Muchos de ellos tuvieron que echar la persiana a los pocos años por la dura competencia del sector acuciada por el intrusismo tan habitual en este y otros trabajos.
Otros pocos consiguieron introducirse en el mundo de la prensa. Una vida esclava, con muchas coberturas en poco tiempo a las que solo se puede llegar en moto para que te de tiempo a cumplir el programa. De ellas muchas son ruedas de prensa.
En ambos casos creo que no conozco a ninguno que disfrute de verdad con lo que hace. Si, siempre será mejor que trabajar en algo que odias, pero lo malo es que a veces esto te aleja de la fotografía que antes te hacía sentir algo cuando solo tirabas fotos por placer.
En realidad creo que muy pocos profesionales disfrutan ni la mitad que la mayoría de los aficionados. No es lo mismo cuando las fotos no las decides tu.
Tened cuidado, no sea que vuestros deseos de vivir de la fotografía se hagan realidad.