Siguiendo el curso del río Tajo desde nuestro paseo por los jardines de Aranjuez, mi semanasantera escapada a Chez Antuan pasó por el casco histórico de Toledo.
La visita comenzó con una "tradicional" comida castellano manchega en un chino Colegota, Maky y servidor. A continuación nos dirigimos a pasear por la zona antigua entrando en cada callejuela buscando las estrecheces tan clásicas de esta ciudad:
Queriendo o no toda visita termina pasando por la catedral, sitiada por turistas.
Algunos foteros utilizan extraños contrapesos para equilibrar sus cámaras.
Otros foteros agradecen sus pantallitas LCD para poder afotar sin quitarse el puro de la boca:
Estos edificios nos permiten recrearnos en algunos de sus detalles.
Fotografíar estos sitios es mucho más entretenido cuando vas acompañado de dos buenos amigos:
Como suele ser habitual hubo que reponer fuerzas con un aperitivo donde además de inmortalizar el encuentro aproveché para tirar un par de retratos.
El trío calavera:
El pater familias:
Hasta siempre Comandante:
Aunque ya conocía la ciudad me llevo otro precioso recuerdo en la mochila fotolibrera.
Un saludo