Hola a todos, ¿qué tal?
Estaba yo pensando que últimamente hago pocas fotos, muy pocas. El ajetreo del trabajo y la familia hace que a veces tengamos que conformarnos con las fotos que hacemos de los cumpleaños de rigor o eventos sociales, cosas así.
No me malinterpretéis, están bien, son fotos y tal… pero personalmente me interesan más otro tipo de enfoques.
Foto por Tomás Senabre
El trabajar la fotografía requiere de su tiempo, de su estado de ánimo y sobre todo de un esfuerzo intelectual para el que no siempre estamos dispuestos. Y sobre todo requiere una cierta disciplina de trabajo.
Como todo, estos conceptos hay que entrenarlos y cuantas más fotos hagamos siguiendo este patrón más cómodos y libres nos sentiremos. Es como salir a hacer footing, te diviertes más cuanto más entrenado estás, cuanto más rápido puedes correr.
Así que la conclusión fácil es que salgamos a hacer fotos, a disfrutar intentando hacerlas lo mejor posible.
Yo suelo contar una anécdota de que en tiempos de las cámaras de carrete, a veces salía sin película, por el mero placer de fabricar, de construir fotos en mi retina, sin la necesidad de registrarlas para verlas después. Era un ejercicio que me relajaba mucho. El click del obturador era la única meta en el proceso, la señal de que la foto ya estaba hecha.
Salid a hacer fotos, no lo dejéis, no perdáis esa costumbre, recordad lo satisfactorio que es construir la imagen en la mente y ver como todo se va colocando en su sitio en el visor hasta el momento mágico del dísparo.
Y sobre todo no os olvidéis de que las fotos no se hacen en el ordenador, hay que conseguir lo máximo posible en la toma. El ordenador solo es para ponerles un marco bonito y subirlas a la web. Ya me entendéis.
Totalmente de acuerdo… Últimamente hago poquísimas fotos. 🙁
Esta misma tarde me pongo las pilas y, a la cámara, la batería. 😉
A ver si es verdad.
Con las horas de luz que ahora llegan hasta más tarde espero que yo también pueda animarme 😉
Yo en ocasiones, hago un pequeño ejercicio de limpieza foto-terapéutica, dejando la cámara en casa y salgo a callejear o pasear por caminos sin rumbo ni objetivo, por el mero placer de dejar que se vayan metiendo por el objetivo de mi retina las imágenes que mi visión guarda en mi cerebro.
Luego vuelvo a casa renovado. Esas imágenes que he retenido están ahí esperando revivirlas para siempre y sin borrarse ni perderse jamás.
Un abrazo y un gusto leeros
Jose
Lo tuyo es peor que lo mío Jose, yo salía sin carrete, tu sales directamente sin cámara 😀
No se si es pretexto o en verdad es que no tengo tiempo de salir a hacer fotos, con los niños pequeños no puedo y por el momento me divierto, y bastante, haciendoles algunas fotos a ellos, pero cierto es que soy callejero y extraño tanto el poder salir con cámara en mano por las calles en sana cacería, a esto tengo que apuntar, con gran pesar que en este mi bello norte de México no todo salen a disparar fotos y andar en solitario con cámara en mano no es bien visto en estos tiempos que corren. Pero me daré el tiempo y les convidare de a poco, en pequeñas pero sustanciales dósis, algo, algo de mi México Lindo y querido.
Un abrazo fotolibreros!
A mi me pasa lo mismo. También disfruto haciendo fotos de mis peques, el problema es que se ha convertido en algo casi exclusivo.
Estaremos encantados de ver esas fotos de Mexico por Fotolibre 🙂